La vitamina C pertenece al grupo de las vitaminas hidrosolubles. Hay que tener en cuenta un dato muy importante: el organismo no es capaz de producirla. Por lo tanto, aunque la necesitamos en pequeñas cantidades, es importante consumirla a través de la alimentación o, en su defecto, en forma de suplementos alimenticios. Pero, ¿para qué sirve la vitamina C? Se la ha relacionado frecuentemente con el fortalecimiento de las defensas. En este artículo, vamos a explicar cuáles son los beneficios de la vitamina C para el sistema inmune.

Cómo ayuda la vitamina C al sistema inmune

El consumo de vitamina C ofrece múltiples beneficios para nuestro organismo. Entre otras funciones, activa la síntesis de colágeno, favorece la curación de heridas, colabora en la desintoxicación que realiza el hígado, ya que contiene cualidades regenerativas que aceleran el proceso de curación de heridas (1), facilita la absorción y el almacenamiento del hierro, previene la aparición de cataratas, debido a detiene la oxidación de la lente y evita que vuelva a nublarse, y por último, interviene en la formación de cartílago, huesos y dientes. Además, actúa como antioxidante, protegiendo a las células de los radicales libres. Este aspecto, así como la resistencia ante infecciones, beneficia directamente al sistema inmune. Además, se ha comprobado que la vitamina C estimula las funciones de los leucocitos (2) y regula la respuesta inmunitaria gracias a sus efectos antivirales y antioxidantes. Por lo tanto, sin el correcto aporte de vitamina C podríamos tener menor resistencia a las infecciones (3). Esto justifica la importancia de tomar esta vitamina para que nuestro cuerpo sea capaz de combatir con eficacia infecciones como las que causan el dolor de garganta. Así, si ya es importante llevar una dieta equilibrada a lo largo de todo el año para garantizar un buen aporte de vitamina C, este resulta fundamental durante los meses más fríos del año. En esta época, además de las bajas temperaturas, es habitual que se permanezca más tiempo en lugares cerrados poco ventilados, lo que favorece la propagación de virus, como el del resfriado común, responsables de síntomas como molestias en la garganta, secreción nasal o malestar general.

Cómo prevenir resfriados en invierno

Los beneficios de la vitamina C destacan a la hora de ayudar a fortalecer el sistema inmune, que es lo puede ayudar a combatir infecciones de forma más efectiva. Por eso, no puede faltar en una dieta equilibrada. Además, se aconseja seguir estas recomendaciones:

Higiene de manos

Debes lavarte las manos con agua y jabón con frecuencia, ya que podrían estar contaminadas por los virus. También es importante que evites tocarte la cara si no tienes las manos limpias.

Limpieza de espacios

Es importante limpiar con frecuencia superficies de contacto habitual como la mesa de trabajo, los pomos de las puertas o los interruptores de la luz, así como ventilar las estancias a diario durante un mínimo de diez minutos.

Mantenerse alejado de personas enfermas

Procura no tener contacto directo con personas que ya estén resfriadas y evita las concentraciones de personas, sobre todo, en espacios cerrados.

Estilo de vida saludable

Además de una dieta sana y equilibrada, mantente bien hidratado, haz ejercicio de manera frecuente y evita el consumo de tóxicos, como el tabaco o el alcohol.

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Fuentes:

  1. Megadosis de Vitamina C, Instiuto Europeo de Salud y bienestar social
  2. Modulation of certain immunologic responses by vitamin C. III. Potentiation of in vitro and in vivo lymphocyte responses, Pub Med
  3. Papel de la vitamina C y los β-glucanos sobre el sistema inmunitario: revisión, Revista Española de Nutrición Humana y Dietética
  4. Vitaminas y Salud, Mónica Pérez Río, Alberto Ruano.
  5. Vitamina C, Mayo Clínic.
  6. La Vitamina C y los resfriados, MedlinePlus.